
Por: Felipe Martin / Twitter: @MartinPipeNeira
Editora: Carolina Piñeros
Todos los días los colombianos han podido ver al presidente Iván Duque con sus interlocuciones monótonas. Bueno, al menos todos los colombianos que tengan servicio de televisión o de internet; por supuesto que todos los colombianos que viven el día a día con la misma ropa, sin poder bañarse, sin poder comer y claro, sin poder o si quiera interesarse en la información, no ha podido ver las transmisiones del presidente.
Entonces, cuando uno recibe la noticia de que el presidente invirtió en un contrato para mejorar los canales de comunicación, uno creería que es para llegarles a esos colombianos que no han tenido la oportunidad de estar informados.
Pero no, resulta que el contrato es para una agencia de publicidad que “(…) debe crear contenidos en formatos de texto, video, audio, animación, imagen, infografías y demás piezas para publicar en portales y redes sociales como: Facebook, Twitter, Instagram, YouTube y WhatsApp, entre otros”, según El Espectador. Es decir, crear contenidos para divulgar digitalmente.
Entonces, en términos prácticos, para que un ciudadano acceda a los contenidos que divulgará la agencia, se requieren de: cuenta en algunas de las redes sociales, aparato tecnológico que le permite navegar en estos espacios y por ultimo, acceso a Internet.
¿Cuántos colombianos podrán acceder a la información vía digital? Seguramente las estadísticas de acceso a computador, celular, plan de datos, internet, etc, en ciudades como Bogotá, Medellín, Cartagena, sean aceptables. Pero… ¿Cuántos podrán en Quibdó, Leticia, Riohacha? Seguramente una parte mínima de la población.
Las evidencias salen a flote en esta cuarentena, basta recordar las múltiples dificultades y casi imposibilidades para que los estudiantes y profesores adapten sus programas educativos en plataformas digitales.
Julián de Zubiria, pedagogo y periodista, relato en su columna de El Espectador: “Internet para garantizar el derecho a la educación”, la compleja brecha digital del país:
“El 52 % de los hogares en el país tiene conectividad a Internet. En las cabeceras, el 63 % dispone de conexión a las redes, mientras que en la ruralidad prácticamente no existe, ya que tan solo en el 1% de los hogares hay internet fijo y móvil”.
El jefe de comunicaciones para la presidencia, Hassan Nassar dijo:
"Los medios digitales son la plataforma más importante para la difusión de contenidos, porque favorecen la interacción y el diálogo permanente con la ciudadanía. Es una estrategia comunicacional para fortalecer la democracia, recibir las inquietudes ciudadanas, tramitarlas y convertirlas en políticas públicas”.
Sin embargo, Hassan olvida que solo el 52 % de hogares tiene internet. Es decir, casi la mitad de hogares colombianos no tienen uno de los factores necesarios para recibir estos contenidos que creará la agencia de publicidad Du Brands.
Por eso, se pregunta uno:
- ¿Se hace democracia cuando se llega, en el mejor de los escenarios, al 52 % de los hogares colombianos?
- ¿El contrato es verdaderamente para mejorar la comunicación con la ciudadanía, como lo afirmó Fernando Araujo, senador del Centro Democrático en entrevista con Vicky Dávila?
- ¿Mejorar la imagen pública del presidente hace parte de “financiar programas de paz encaminados a fomentar la reincorporación a la vida civil de grupos alzados en armas”, como es el objetivo del Fondo de Programas para la Paz, de donde salen los recursos para este contrato?
- ¿Con estrategias de comunicación se resuelve las complejas situaciones de vida para los pobladores que habitan en las regiones y zonas periféricas de las ciudades?
- ¿Los múltiples decretos que saca el presidente en medio de crisis sanitaria por el Covid – 19 no dan abasto para detener contratos preestablecidos, como este de Du Brands?
Cuesta creerle a la defensa de presidencia. Y cuesta creer, entre otras, porque si ese fuese el objetivo, los contenidos deberían ser creados y divulgados en medios de comunicación como radio y televisión, espacios que sí le llegan a la mayoría de colombianos, diferente a las redes sociales, como asegura Hassan.
Más bien, los defensores del gobierno, en vez de enfrascarse en peleas absurdas sobre acontecimientos descarados, deberían agachar la cabeza y empezar a responder tantas preguntas que quedan en nosotros la ciudadanía, porque por más que estemos en cuarentena, no estamos obligados a callar y evitar protestar.
No busquen un Paro Nacional como el del 21 de noviembre, porque nos reinventamos y lo hacemos digital, sin invertir en bodeguitas o agencias de publicidad.
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